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Nuestro patrón

    Ya en 1674 aparecen referencias a la existencia de una ermita dedicada a San Roque en la villa, pero fue en 1783 cuando el Ayuntamiento estableció con carácter anual la celebración de un mercado de ganado en las campas próximas a la ermita. Ello daría lugar sin dudas al origen de nuestras fiestas y de la bajada.

    Esta feria comenzaba el mismo día 16 de agosto y se prolongaba hasta el 30 del mismo mes. La situación estratégica de la campa, en el camino de entrada a la villa desde el interior propició que en pocos años la feria gozara de fama y prestigio.

    En 1798 y seguramente animados por el éxito que tenía la feria, se decidió que también se celebrara por Santa Lucía, desde el 30 de junio y con 8 días de duración. Así pues eran dos ferias al año las que tenían lugar en dicha campa.

    No fue hasta 1790 cuando el Pleno Municipal, reunido a tal fin el 31 de julio, y en base a “repetidos beneficios y milagros manifiestos que el Señor San Roque, de inmemorial tiempo, festejado en esta villa ha obrado, y obra cada día en sus devotos y en quienes con devoción le invocan”, acordó nombrar a San Roque “patrono, abogado y santo festejado” de la villa.